viernes, 20 de enero de 2012

El regreso de la rabiche. GRAN CANARIA

Paloma rabiche criada en cautividad (Finca de Osorio) / Foto: José Carlos Guerra
NOTICIAS
Reinaron en Canarias hasta que la tala masiva de la laurisilva acabó con su hábitat, forzando su desaparición en Gran Canaria.

Doramas, Azuaje, Tilo, Oscuro, Cristina y Nogales. Este es el sexteto de palomas rabiches que, 250 años después de su desaparición en Gran Canaria, será el grupo pionero en recolonizar la isla y que fue presentado ayer en sociedad por la consejera de Medio Ambiente del Cabildo María del Mar Arévalo. Aunque ellas, las palomas, apenas se dejaron ver.

Salvajes, una pisca agresivas, casi más raras que ver que un yeti y con un punto de tórtola primitiva, las rabiches, junto con su primas hermanas las turqués, formaban parte habitual del espacio aéreo de las islas antes de la desertización sistemática posterior a la Conquista, salvo en las islas de Tenerife y La Palma, puntos de donde se importaron los huevos, hoy palomos.

Con un tamaño un tercio superior a una paloma de toda la vida, y de un extraño color a vino tinto iridiscente, Columba junoniae es una de las joyas de la corona de la laurisilva de Canarias y como tal, requiere de un hábitat de palacio. 

Por ese mismo motivo y sincronizado con su introducción en Gran Canaria se repuebla a marchas forzadas el Parque Rural de Doramas, ya que será en uno de sus barrancos, el de Las Madres en Firgas, donde en los próximos meses, desde que cojan fuelle de vuelo, se soltarán los ejemplares.

El nuevo grupo de gobierno del Cabildo se ha empeñado en plantar 500 hectáreas en sus cuatro años de mandato, "un compromiso político", subraya la consejera Arévalo -y además ambicioso porque en los últimos 15 años se han repoblado unas 1.000-, y muchas de estas hectáreas por reforestar formarán parte del entorno de esta suerte de palomas pródigas.

Aurelio Martín Hidalgo es biólogo y profesor de la Universidad de La Laguna. Él asesora a un surtido equipo de especialistas en sacar adelante a la primera cuadrilla de rabiches jamás criadas en cautividad y que, se espera, en unos años conformen una nutrida flota. Será entonces cuando entre la segunda línea aérea con nuevos aparatos: la paloma turqué, también endémica y que corrió en Gran Canaria la misma suerte que su prima hermana.

Para todas ellas se encuentra esperando en Bruselas la aprobación de un nuevo programa Life precisamente para abigarrar su futuro mundo vegetal.

Juanjo Jiménez



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